DISEÑO COMODIDAD Y MUCHO LUJO
El Burj al-Arab no tiene habitaciones normales, sino que cuenta con 202 suites dobles: la más pequeña es de 169 metros cuadrados, mientras que la más amplia cubre un área de 780 metros cuadrados.
La mayoría de los espacios tienen cine privado, ascensor personal, tres televisores de 42 pulgadas, 10 teléfonos, jacuzzi y cinco mayordomos.El hotel posee ocho restaurantes y lounges, entre los que destacan el Al Mahara -ubicado bajo el mar- con una increíble vista subacuática a través de un vitral en forma de acuario, en el que curiosean peces de diferentes colores.
En el último piso funciona otro de los restaurantes: el Al Muntaha, con una vista inigualable sobre Dubai, ya que está emplazado sobre una plataforma que se extiende 27 metros a cada lado del 'mástil' de una torre-velero. Solo se tiene acceso al salón a través de un elevador panorámico.
Los huéspedes también cuentan con el Asawan Spa & Health Club, cuatro piscinas (dos interiores y dos exteriores), un parque acuático propio, cancha de golf, el Wild Wadi Water Park y un balneario privado: la exclusiva playa de Jumeirah.
El transporte no es un problema, ya que todo aquel que se aloje en el hotel tiene derecho a elegir entre un BMW, un Rolls Royce (aquí descansa la mayor flota de autos de esta marca en el mundo) o un helicóptero, que aterriza en la terraza misma del Burj Al Arab.
Por supuesto, el status de los clientes hace honor al lujo del establecimiento, ya que en su mayoría se trata de millonarios y celebridades de todo el mundo, entre ellas el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton. En 2009, David Beckham y su esposa descansaron cuatro días, quienes pagaron 30 mil dólares (unos 50 millones de pesos) por noche.
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